encontrar al idiota que te hiciera feliz. Aquel que pudiese [o no] compartir
tus aficiones y tus gustos, complementándose contigo y haciéndote sentir
especial. Haciéndote sentir parte de su vida.
Me dijeron que lo habitual es encontrarse con un idiota en cada esquina, y
que lo lógico es darse de bruces con ellos. Y es que ése es el juego de la vida,
[y el destino]. A veces complicado, a veces caprichoso [a veces simple].
Un día me dijeron que mi idiota estaba ahí [por ahí]. Y que quizás, justo
ahora, estaría con otra sin saber de mi existencia [ni yo de la suya].
Me dijeron que cuando aparece, se sabe. Y que cuando lo tienes delante, lo
sientes. Sientes que es él. El idiota de tu vida.
![](https://confesionesydesvarios.files.wordpress.com/2015/01/nic3b1os-besandose-vintage.jpg)
Gin.